viernes, 13 de abril de 2018

UN PAÍS MILITARIZADO (08-01-2018)




            Ironías del destino: casi medio siglo buscando fórmulas para eliminar el Ejército, para suprimir el servicio militar obligatorio, para reducir el número de cuarteles, generales y coroneles, para dejar sin contenido ni objetivos a las Fuerzas Armadas, transformándolas en una ONG encargada de ayudar a docenas de países en apuros mientras en el interior del país los soldados se transforman en un cuerpo altamente especializado que lo mismo apaga un incendio forestal que interviene en inundaciones o, como ahora, se dedica a liberar a varios miles de personas atrapadas por la nieve en unas autopistas que el Estado ha puesto en manos de empresas privadas para que ganen dinero mientras suben los premios de los peajes y despiden a docenas de trabajadores, los que deberían haber estado trabajando para prevenir los problemas del desastre. Pero está por ahí la Unidad Militar de Emergencia, la UME, que se ha hecho ya  más famosa que Ronaldo o Messi, en funciones de Protección Civil cívica y ciudadana pero desaparecida, la misma UME que el Partido Popular denigró en su creación, allá por el año 2007, cuando la inventó el gobierno de Rodríguez Zapatero y ellos, los otros, dijeron que no hacía falta semejante dispendio. No soy militarista, no tengo ninguna afición por la estructura militar. Sólo digo que esto es una ironía. Queríamos librarnos del Ejército y resulta que, a la hora de la verdad, el Ejército es necesario y no se si imprescindible.

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