viernes, 13 de abril de 2018

LA PAJA EN OJO AJENO (08-02-2018)



            Hay cuestiones sobre las que resulta innecesario preguntar porque antes de hacerlo ya se conoce la respuesta: nada, ninguna, no se sabe, no contesta. Es inútil preguntar cuándo, en qué momento, el Ayuntamiento de Cuenca va a tomar alguna medida para intervenir (rehacer, reconstruir o derribar) el inmueble de la calle Obispo Valero, inmediato al Museo de Cuenca, con fachada posterior a la plaza de la Ciudad de Ronda. A que con una descripción tan detallista cualquier lector sabe a qué lugar concreto me estoy refiriendo. Y por si hay alguna duda, yendo al propio sitio se localizad con toda facilidad, porque está debidamente protegido por vallas que intentan evitar que nadie se cuele y reciba sobre la cabeza cualquier pedrusco desprendido.
            El Ayuntamiento de Cuenca es rigurosísimo con los ciudadanos particulares. En cuanto detecta el menor desperfecto arremete contra el infractor con la fuerza de la ley, de las normas y de las amenazas conminatorias en forma de plazo tajante para que se arregle el mal, o si lo harán los empleados municipales pasando la factura al ciudadano implicado. Eso se hace con los demás. Pero el Ayuntamiento tiene bula para mantener en estado de ruina durante año un edificio municipal que está abandonado y que solo sirve para ocupaciones temporales de vez en cuando.
            Ni siquiera importa a los regidores que tal inmueble esté situado en pleno corazón del sector turístico de la ciudad, a la vista, por consiguiente, de cientos de visitantes que continuamente pasan por allí y que, después de contemplar las maravillas de la ciudad antigua se encuentran con esta postal infamante que por sí sola sirve para arruinar la impresión positiva que pudieran haber adquirido. Pero así son las cosas del peculiar concejo municipal que nos rige.


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