Un año más llega Photoespaña. Un
año más, los medios informativos nacionales recogen páginas enteras, crónicas y
críticas sobre Photoespaña. Uno año más, esas crónicas se refieren
exclusivamente a lo que sucede y hay en Madrid, a través de Photoespaña, las
exposiciones repartidas por numerosos ámbitos de la capital (la fundación
Loewe, el Círculo de Bellas Artes, el museo Lázaro Galdiano, el Jardín Botánico,
el Centro Cibeles, la Casa de América, la Real Academia de Bellas Artes…). Un
año más –y termino así este recurso repetitivo- a los cronistas de la
oficialidad capitalina se les olvida mencionar que hay otra exposición más, en
Cuenca, en la Fundación Saura.
Y es que, como viene sucediendo en los últimos
casos, la actividad de este singular muestrario de la fotografía actual se
reparte entre Madrid y Cuenca.
Y así es, ahí está, ahí está, la
exposición dedicada a “Osvaldo y Roberto Salas. La poesía de la imagen”, padre
e hijo, cubanos de origen ambos y dedicado con absoluta fruición a fotografiar
la isla de sus amores además de a personajes de actualidad en su momento, desde
Marilyn Monroe a Salvador Dalí.
Lo que no
me impide lamentar una vez más la miopía de los periódicos madrileños, víctimas
como en tantas otras ocasiones de la visión centrípeta de lo que pasa en España,
para ellos reducida a Madid. No existe nada más fuera de lo que sucede en esa
capital absorbente que todo se lo apropia. ¿Qué además PhotoEspaña tiene
abierta otra exposición en Cuenca? ¿Y a quién le importa eso? se preguntarán,
despectivos, los comentaristas de turno.
Ya que la organización general de
Photoespaña y la prensa madrileña ignoran que existe un lugar llamado Cuenca,
digámoslo aquí y pregonémoslo, quizá en primer lugar con la mirada puesta en
los propios conquenses, y luego en todos los demás: hasta el 30 de agosto, en
la Fundación Saura, Photoespaña 2015.
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