viernes, 26 de junio de 2015

LOS ESCRITORES TIENEN ROSTRO


José Luis MUÑOZ

            Los amigos de cuestiones culturales, especialmente si tienen aficiones literarias, turistas curiosos y desocupados en general tienen una interesante manera de entretener aficiones, curiosidades y ocios, dando un paseo, todo lo detallado y premioso que quieran, por las salas de la Fundación Antonio Pérez, que estos días y durante todo el verano, están dedicadas a una interesantísima exposición fotográfica, El rostro de las letras, resultado de una múltiple colaboración institucional coordinada por Publio López Mondéjar, el gran especialista español en historia de la fotografía, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y conquense de nacimiento, por más señas, detalle localista que siempre conviene mencionar para que no haya equívocos.
            En ese paseo, entretenido y cargado de sugerencias, encontramos una apabullante colección de imágenes de escritores, tertulias y ambientes literarios desde los primeros tiempos de la captación de fotografías hasta vísperas de la guerra civil. Son, por tanto, obras que pertenecen a la arqueología de la técnica fotográfica a la vez que un apasionante retablo que nos acerca los rostros, los gestos, las actitudes, costumbres y casi obsesiones de esas personalidades que conocemos a través de su obra pero que ahora se convierten en figuras reales, visibles, casi tangibles. Algunas de esas fotografías ya las conocíamos, incorporadas a otros textos, pero la mayoría resultan casi inéditas y, desde luego, lo que impresiona es verlas todas juntas. Ahí están los grandes nombres de lo que algunos quieren llamar la Edad de Plata de las letras españolas y que casi viene a ser también de oro, como la legendaria de los tiempos clásicos. Personalidades incombustibles, como Machado (los dos Machado), Valle Inclán, Baroja, Pérez Galdós, Rosalía, Pereda, Azorín, Ortega, Unamuno, Azaña, Benavente, Gómez de la Serna y el repertorio inmenso de todos los que marcaron esa época, desde el Romanticismo hasta la guerra civil, tan fecunda en las letras como apasionante en la sociedad y la política aparecen ahora en las paredes de la Fundación, mirándonos fijamente, con semblantes lúcidos que parecen seguir vivos, contemplando este presente que muchos de ellos imaginaron sin acertar nunca a predecir las condiciones en que se produciría ese futuro. Hay, en el deambular por las salas, un intercambio de miradas, las nuestras sobre ellos y a la inversa, experiencia que proporciona a esta exposición una notabilísima vigencia.
            Son dos centenares de obras gráficas, que se complementan con algunos libros y documentos pero es también un breve repaso por la historia de la fotografía, desde los tiempos del daguerrotipo hasta el explosivo comienzo de la prensa gráfica, ya en los albores del siglo XX. Como se dice en el folleto explicativo, y yo recojo sin tapujos, los visitantes descubrirán una gran selección de fotografías colecciones de postales, folletos, ediciones de novelas populares con las efigies de los escritores, álbumes en los que se guardaban los retratos familiares y de las celebridades del día y ejemplares de las grandes revistas ilustradas de la época, en las que se publicaban regularmente los retratos de nuestros escritores. Todo ello completado con citas y frases de los autores más brillantes de los que están representados en la muestra. Lo dicho: una forma muy útil e instructiva de ocupar el tiempo libre veraniego, que es mucho.
            Quizá, por poner un pero, apropiado al espíritu crítico que uno lleva dentro, podría decir que se echan en falta algunos autores conquenses. Hay, me parece, una solitaria representación, mediante la portada de un libro de Rafael López de Haro en que aparece su imagen, pero no hay nada de González-Blanco, o de Luis Esteso, por señalar dos nombres muy significativos de la presencia de Cuenca en la literatura anterior a la guerra civil.

(Una de las fotografías expuestas, la histórica tertulia de Pombo, dirigida por Ramón Gómez de la Serna)



No hay comentarios:

Publicar un comentario