domingo, 22 de marzo de 2015

LA BATALLA DE ANDALUCÍA



Domingo, 22 de marzo

Hoy nos acostaremos bajo el paraguas del bipartidismo, pero no sabemos aún cómo nos levantaremos mañana. Quizá por eso unos y otros, a diestra y a la siniestra, pasando por el centro, todos consideran que este domingo se va a librar una auténtica batalla en Andalucía, cierto que incruenta, utilizando como únicas armas unas inocentes papeletas de votación. Son las primeras elecciones abiertas desde que fuerzas hasta ahora marginales irrumpieron con notable ímpetu en el cenáculo de la política, con todo el terremoto que han sabido provocar y difundir, pero llega la hora de la verdad, la de comprobar si lo que dicen las encuestas tiene algo que ver con lo que realmente está sucediendo en el magma sociológico de este país. La casualidad quiere que yo hoy, este domingo electoral andaluz, esté precisamente en Andalucía, lo que me permitirá estar cerca, como observador, de lo que aquí suceda. Llega el momento de saber con datos y votos si efectivamente Podemos es algo más que palabrería demagógica que puede arrastrar voluntades; si Ciudadanos es como se dice una auténtica fuerza emergente con proyección de futura; si Izquierda Unida pone fin a su errático deambular de los últimos años y como suponen las encuestas va a hundirse sin perspectivas de salir. Y, sobre todo, si al fin podemos enterrar el contubernio bipartidista que los dos grandes han ido manteniendo y consolidando en beneficio propio y no del bien común. Nos esperan, a lo largo del año, muchas más ocasiones de comprobar todo esto pero hoy es el día en que comienza la resolución del problema. Como suelen decir los interesados, ya no tienen nada que ver las encuestas, sino las urnas. Y, las cosas como son, estas experiencias electorales siempre resultan apasionantes. Sobre todo si se piensa, como ocurre este domingo andaluz, en que las cosas tan aburridamente ensambladas por los dos grandes partidos pueden empezar a cambiar.


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