Del fondo
del cajón donde descansan tantos misterios literarios (de otro tipo también,
pero aquí nos interesa ese sector de la Cultura), José Antonio Silva ha
rescatado, con la minuciosa precisión que caracteriza su trabajo, una figura
sorprendente, apenas conocida en su tierra natal, Cuenca, aunque ha merecido la
atención de varios estudiosos de la única obra de León López y Espila (San
Clemente, 1799), un texto sorprendente que responde al título alambicado de Los cristianos de Calomarde y el renegado por
fuerza, publicado por primera vez en 1835.
Se trata de
un libro de memorias personales y, por tanto, autobiográfico. El propio autor
enfatiza que no ha pretendido llevar a cabo ninguna invención fantasiosa de
corte literario sino exponer lisa y llanamente sus propias experiencias, a
través de una serie de acontecimientos que tienen más de novela de aventuras
que de cualquier otra cosa, como quizá corresponde a la turbulenta España que
le tocó vivir. López y Espila era, como dice Silva “un apacible rentista”
manchego, que vivía en su villa natal entregado a las actividades económicas
propias de un rico hacendado del campo, sin mostrar otro tipo de preocupaciones
hasta que surgió ante él, como en tantísimos otros casos, la necesidad de
elegir una opción política y se inclinó por la vía constitucional. Por donde
quiera que nos acerquemos a la permanente convulsión que nos azota desde hace
dos siglos encontraremos siempre una de las dos Españas intentando helar el
corazón de la otra mitad. El regreso de Fernando VII al país, tras la guerra de
la Independencia, eliminó la breve Constitución de 1812 sustituida por el
gobierno personalista, absoluto, del rey y sus amigos, oscuro periodo
interrumpido a su vez, brevemente, por el Trienio Liberal (1820-1823) que durante
tan corto espacio de tiempo intentó recuperar la vía constitucionalista que el
propio monarca juró asumir de buen grado. Iluso sueño, frustrado no solo
rápidamente, sino también con total ferocidad. La reacción cayó de bruces sobre
quienes, como López y Espila, se manifestó a favor del sistema por lo que, a la
caída de éste, fue víctima de la conveniente represión que le llevó primero a
la huida a Granada y posteriormente a Marruecos y Francia. Este es el periplo,
ciertamente aventurero, angustioso en muchas ocasiones, que relata en su obra y
en la que, junto a la narración de sus experiencias y desventuras, incorpora
observaciones del máximo interés sobre la forma de vida los marroquíes pero
también sobre las circunstancias políticas y religiosas en que se desenvolvía
el siempre complejo país español, lo que explica el alambicado título,
seguramente incomprensible para nosotros, pero con las necesarias claves
explícitas para el lector de su tiempo.
El texto se
acompaña de un expresivo estudio introductorio de José Antonio Silva, en que
con suma claridad sitúa la época, los acontecimientos y los datos necesarios
para aprehender las circunstancias del momento, antes de dar paso a la obra de
López y Espila, cuya lectura es sumamente cómoda y agradable. Se trata, pues,
de una recuperación verdaderamente valiosa que pone en primera línea de interés
la figura de un ciudadano conquense maltratado por la realidad política pero
que dio el paso de contar su experiencia y dejarla plasmada en letras impresas.
Para valorar debidamente la importancia de esta recuperación, basta señalar que
en el voluminoso, exhaustivo y detallista Diccionario
biográfico del Trienio Liberal, dirigido por Alberto Gil Novales (Madrid,
1991), entre miles de menciones, no aparece el nombre de López y Espila, a
quien corresponde, desde luego, un lugar notable entre los españoles que
asumieron, en momentos difíciles, la defensa de los valores constitucionales.
LOS CRISTIANOS DE CALOMARDE Y EL RENEGADO POR FUERZA
León López y Espila. Estudio de José Antonio Silva Herranz.
Cuenca, 2014. Diputación Provincial
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