martes, 17 de junio de 2014

BAJO LA PROTECCIÓN DE LA CORONA




            En este pícaro mundo, quien no corre, vuela. Por eso, el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, que acaba de estar en Albacete para participar en un acto jurídico-cultural, ya ha pedido de viva voz al rey Felipe VI que mantenga su apoyo a Albacete y al Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, tradicionalmente situado en la ciudad manchega desde que era Audiencia Territorial. Y uno se pregunta, entre divertido y escéptico, qué tiene que ver el rey, el de hoy o el de ayer, e incluso un hipotético presidente de la República, con la administración de Justicia que, por su propia esencia y naturaleza es algo aséptico, neutral y no cosa sujeta a influencias o protecciones. O así debería ser.

            Otro que corre que se las pela es el alcalde de Alcázar de San Juan que en sintonía con las mejores costumbres cortesanas ha preparado un libro de firmas para recoger testimonios de adhesión al nuevo monarca español que se dispone a sentar sus reales posaderas en el inexistente trono nacional. Será bueno saber, al término del periodo de firma, cuántos fieles alcazareños han seguido la iniciativa de su alcalde.

            Puestas así las cosas y teniendo en cuenta -ya queda dicho- que el que no corre, vuela, las instituciones públicas conquenses deberían hacer un pequeño esfuerzo y dejar por un momento de hacer lo que más les gusta, o sea discutir entre ellas, y sugerir, con toda la razón del mundo, que el nuevo rey cumpla cuanto antes con una de sus obligaciones morales, presidir el Real Patronato de la Ciudad de Cuenca. Su padre, el dimisionario rey Juan Carlos, cumplió el trámite una sola vez, de prisa y corriendo. Los Reales Patronatos, como las Reales Academias, se llaman así porque cuentan (al menos en teoría) con la alta protección de la corona. Y si la corona no está en estos tiempos de tribulación para proteger mucho, sí por lo menos para mostrar simpatía hacia aquellos organismos que están bajo su real patrocinio.

            Así que ya ven lo que se podría hacer. Dejen por un rato de estar a la greña por un quítame allá esas pajas e inviten al joven monarca a tomar contacto con este Real Patronato. Seguro que en ello cuenta con la aprobación de la reina Letizia, a cuyo gusto y afición por Cuenca se debe el que aquí viniera la pareja a pasar su primer día de recién casados.

 

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