sábado, 7 de septiembre de 2013

ESPECIES EN EXTINCIÓN



            Son todos los que están, pero no están todos los que son ni mucho menos los que han sido. En la sala de la antigua Caja de Ahorros, ahora Fundación, tan hermosa como inutilizada, podemos ver estos días una selección de imágenes, a tres por cabeza, aportadas por una docena de fotógrafos que trabajaron en los medios de comunicación escritos que hubo en Cuenca (verbo en pasado que pronto podremos transformar otra vez en presente: ya hay un joven semanario y se anuncia la reaparición de un diario) aunque ello no significa que se pueda recuperar el oficio de fotógrafo de prensa, pues conviene matizar que el fotógrafo era un señor (solo muy recientemente hay también señoritas y de hecho mujer es la benjamina del grupo) que iba a los actos exclusivamente a hacer fotos, dejando para otro el oficio de escuchar, atender, preguntar y escribir, aunque también se puede decir a la inversa: los que íbamos como periodistas de pluma no nos dedicábamos a hacer las fotos, situación que sí se produce ahora mismo, buscando las empresas siempre la economía de medios a costa de machacar todo lo posible a los trabajadores, de manera que una misma persona lo hace todo, singularmente en los digitales. Dejando elucubraciones aparte, que no era el objetivo de este comentario, retomaré el hilo para seguir diciendo que ahora mismo hay colgada en la sala ya dicha una colección de imágenes fotográficas que, con irregular aproximación, recoge unos cuantos lustros de historia periodística en esta provincia, aunque no todos los integrantes de la exposición han entendido igual lo que es fotoperiodismo, pues algunos de ellos (pocos, es verdad) se han limitado a aportar imágenes preciosistas, interesantes, pero no periodísticas. Y digo también que son todos los que están pero no están todos. Yo, que a estas alturas puedo presumir (y no se si se puede presumir de tal cosa) de ser el decano de los periodistas conquenses, tengo muy presente con cuántos fotógrafos he trabajado a lo largo de casi 50 años ya y por eso se los que faltan en la muestra aunque, por supuesto, ignoro las razones de los que no están, algunos de los cuales, estoy seguro, tendrá sus propias razones para eximirse del grupo. Con todo, no he dicho aún lo que más importa, a saber, qué considerable es el interés de esta colección de imágenes que se nos queda corta, porque son tantos los hechos, tantas las vivencias, que haría falta un sala cinco veces más grande para recoger, aún así sintéticamente, la historia en imágenes recientes de esta provincia.

            Especie en extinción, esta de los fotógrafos de prensa, decía el comunicado de la Asociación de la Prensa anunciando la exposición y la misma idea fue expuesta en sus palabras por la presidenta, Elisa Bayo. Un concepto idéntico expone José Miguel Gozalo en su nota de despedida a Manuel Martín Ferrand, el último de los grandes en abandonar este mundo: “representante egregio de una especie en extinción”, lo llama. En realidad, si bien lo pensamos, lo que se extingue es la prensa en general, vinculada al papel y consecuentemente a una forma de leer y entender la información. Lo que se está extinguiendo, ante nuestras propias narices, es el mundo entero, el concepto de mundo que aprendimos en el Bachillerato y que se diluye a marchas forzadas entre elementos electrónicos apabullantes y en buena parte incomprensibles. En la tormenta, el periodismo, que de tan cerca nos toca, no es sino una brizna de arena flotando en el desierto, una gota de espuma que las olas del mar arrastran.

 

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