sábado, 14 de julio de 2012

NO TODOS SOMOS IGUALES



       La Constitución -y otras normas no menos solemnes- dicen que sí, que todos somos iguales, pero sabemos perfectamente que no es así y además hay múltiples ejemplos que lo atestiguan. Observemos por ejemplo esa ceremonia, aireada a bombo y platillo por todos los medios informativos: el gobierno, con su presidente, Mariano Rajoy, a la cabeza, entrega, o sea devuelve, el Códice Calixtino a la catedral de Santiago, que comparece igualmente con su prelado titular a la cabeza, rodeados ambos del bombo que la naturaleza protocolario otorga a tales sucesos. No olvidemos un dato muy importante, necesario para valorar con precisión lo que se pretende en este comentario: la devolución se produce apenas 48 horas después de haber sido localizado el famoso documento, sustraido en condiciones casi rocambolescas por quien parece ser el responsable de la fechoría, un electricista cabreado con el deán de la catedral. 48 horas digo. No hubo obstáculo alguno ni por parte del juez que lleva el caso ni por la policía; todos ellos se lavaron las manos en cuanto a las cautelas precisas. Exactamente lo contrario de lo que viene sucediendo, en un periodo que dura ya por lo menos diez años, con el repertorio de libros sustraidos del seminario San Julián de Cuenca. No solo en este caso la investigación va a paso de tortuga -envidiable la eficacia policial en Santiago de Compostela- si es que va, pues posiblemente está ya archivada, sino que los libros que han sido recuperados siguen retenidos por la policía y el juzgado, pues son precisos, dicen, para formalizar la investigación. Vaya hombre, cautela que no ha tenido mucha importancia en un caso tan sonado como el compostelano. a ver si uno de estos días el presidente Rajoy o, si acaso, alguno de sus ministros, delegados, consejeros o curritos autonómicos o provinciales tienen tiempo de venir a Cuenca solemnizar también la devolución de los libros robados. ¿O hay que decir sustraídos, distraidos, tomados en préstamo o qué otra sutileza? Pero no nos caerá esa breve, pues somo la experiencia y la realidad demuestran cada día, todos no somos iguales y ni el presidente gallego tiene especial apego por las severas tierras conquenses ni la catedral de Cuenca es la de Santiago. Menuda diferencia.

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