jueves, 17 de febrero de 2011

COSAS DE LA ORTOGRAFÍA

Interesante, muy interesante, el debate entre académicos a cuenta de la reciente reforma ortográfica que a los veteranos sirve para echar por tierra lo que aprendimos (mejor o peor) e intentábamos aplicar a nuestra escritura (también con mejor o peor suerte). Tanto esfuerzo, memorístico y de práctica, eliminado casi de un plumazo. Nuestros queridos acentos (la tilde, que dicen los puristas, esto es, la señal gráfica sobre las palabras) y nuestros guiones separadores de palabras (qué útiles cuando escribimos ex-) van directamente a la papelera, para alegría de los malos estudiantes y los torpes escritores. Sobre ello hay dos jugosos artículos de Javier Marías en "El País Semanal" (30 de enero y 6 de febrero) y en medio otro no menos valioso de su oponente, el también académico Salvador Ordóñez, principal impulsor de la reforma. Su razonamiento también es de peso considerable, pero aún atendido con interés lo que expone, yo me siento más inclinado a seguir las tesis de Marías y sobre todo la conclusión final, nada científica sin duda, y con escaso peso en el mundo de los conceptos tecnológicos, pero muy valiosa desde otro punto de vista, más sentimental si se quiere: nuestro idioma, ahora, es menos elegante y por supuesto mucho más vulgar. Una pena.

martes, 15 de febrero de 2011

UNA FUNDACIÓN EN ESPERA

Ha pasado ya un año y pico (vamos para dos) de la muerte de Diego Jesús Jiménez y la fundación que en Priego llevará su nombre sigue esperando, aunque las noticias son como el habitual juego de las olas en el mar: tan pronto vienen optimistas como se retiran acongojadas, pero en tiempos de crisis y abulia cultural es cuando menos hay que perder las esperanzas porque si no, la derrota es total. No estamos muy sobrados de instituciones de esa naturaleza y menos aún de una que, como esta, hará de la literatura en general y la creación poética en particular su elemento básico, de manera que, aunque sea de forma simbólica, desde aquí le lanzo unas palabras de apoyo y estímulo a su principal impulsor, Juan José Gómez Brihuega, para que su entusiasmo no decaida entre las desdichas de la burocracia. La memoria de Diego Jesús, el carácter literario de Priego y el amor por la poesía bien merecen el esfuerzo continuado.

martes, 8 de febrero de 2011

IMPORTANTE APORTACIÓN AL IDIOMA

En los últimos tiempos no se había realizado ninguna aportación importante al idioma castellano desde el lenguaje conquense. Lejos están ya los tiempos en que desde aquí se inventaron términos como pinocho, morteruelo, zarajo, ¡ea! y otros no menos lucidos que tienen su aquel en ese mar proceloso que es la forma de hablar y entendernos. Más he aquí que sin comerlo ni beberlo (ni esperarlo) en El Picazo acaban de aportar una novedosa terminología que está corriendo con fruición por todas las redes sociales del país. "¡Que t'avian, que t'avian!" grita desesperado el ciudadano de a pie al comprobar que el descuidado ciclista se ha parado alegre (e inconscientemente) en la meta, sin advertir que llegan con precipitada velocidad otros colegas, dispuestos a arramblar con él (como, efectivamente, sucedió). La originalísima forma de expresarse no es, sin embargo, una incorrección, como presuponen algunos incultos alborozados con la juerga del t'avían (dígase así, con apóstrofo), pues ya la sabia doña María Moliner había advertido la utilidad de esa locución: Frase irónica para expresar que la persona en cuestión está en una situación difícil o para anunciar que no le irá bien en algo. Y tanto que no le fue bien al pobre y, a su pesar, ahora famoso ciclista, al que realmente aviaron por las buenas.