viernes, 18 de noviembre de 2011

SIEMPRE GOÑI



Ha vuelto a Cuenca Lorenzo Goñi, en el año en que se cumplen los cien de su nacimiento. Ha vuelto a Cuenca Goñi, en la voz de su hija Inés, que estuvo en un acto promovido por la Real Academia Conquense y también con una selectiva muestra de su ingente obra, colgada en las paredes de la ejemplar Galería Jamete que dirige con tan encomiable voluntad el pintor Carlos Codes. Aunque esta ciudad tiene fama (bien ganada) de no haber sabido siempre tratar de manera correcta a quienes a ella se acercan, el caso que nos ocupa puede ser paradójico, porque siendo verdad que el artista se marchó de aquí echando pestes como uno cualquiera de sus famosos gatos, harto del gamberrismo vigente en esos años en la parte alta (y que también padeció Antonio Saura, aunque en este se implicaron cuestiones políticas impulsadas por la extrema derecha) lo cierto es que luego los conquenses han sabido mantener viva la memoria de Goñi, incluso poniendo su nombre en una calle y eso ya es meritorio. Había llegado hasta aquí en 1955, casi a la vez que el fotógrafo Nicolás Muller, ambos invitados por el Ayuntamiento por iniciativa de Federico Muelas, empeñado entonces en que Cuenca saliera del secular aislamiento o desconocimiento en el que llevaba siglos envuelta. Goñi vino, vio y se quedó, incoporando las imágenes de la ciudad a su singular mundo onirico, reproducido en cientos de dibujos publicados en libros y periódicos, singularmente en ABC. Bienvenido sea este reencuentro con el a veces arisco y sin embargo siempre amable y bondadoso Lorenzo Goñi.

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