miércoles, 2 de marzo de 2011

UN TIEMPO TAN DIVERTIDO...

Por si alguien no lo sabe, daré una importante noticia: vamos a tener elecciones dentro de poco. Eso, entre otros maravillosos entretenimientos, significa que muchas, muchísimas personas van a lanzarse a la calle (dicho así, en un concepto amplio) para ofrecer al resto de ciudadanos las más disparatadas e imaginativas propuestas. La mayoría serán de una pasmosa vulgaridad. Por ejemplo, todos nos asegurarán disponer de la fórmula mágica para solucionar el problema del paro, o prometerán implantar la más absoluta hondadez en la vida pública, en la que, nos dirán, no tendrán cabida corruptos, chorizos y sinvergüenzas en general, olvidando los que ya están en activo y vuelven a ser candidatos, con la más absoluta desfachatez. Pero esas son cosas menores. Como vamos de elecciones, se nos va a preguntar qué queremos hacer con nuestras vidas y haciendas. En estos casos siempre me han parecido especialmente divertidos los esfuerzos de muchos políticos, habitualmente desinteresados por lo que sucede en el mundo de la cultura, por conocer las inquietudes y propuestas de "los colectivos culturales". Por ahí anda ahora el director general de la cosa en la Junta de Comunidades haciendo las preguntas de rigor mientras con la boca entreabierta sonrie ante los lamentos de quienes ven cómo cada día disminuye, hasta desaparecer casi, el dinero disponible para hacer teatro, libros, música o lo que sea. Porque el propósito de este camelo es bien sencillo: decirme qué queréis con tal de que no cueste un céntimo.

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